La hiperacusia es una condición auditiva donde la persona experimenta una extrema sensibilidad al ruido, haciendo que sonidos cotidianos, normalmente tolerables, se vuelvan intolerables. Sin embargo, esta sensibilidad al ruido no siempre debe asociarse directamente a la hiperacusia; en ocasiones, puede ser un indicio de hipoacusia no tratada. Pero, ¿cómo se diferencian estos dos problemas auditivos?
Es común que los audiólogos reciban pacientes que buscan tratamiento para la hiperacusia. Estos pacientes suelen relatar que, a pesar de tener una pérdida auditiva leve, su principal problema es la molestia causada por sonidos normales, especialmente agudos. No toleran ambientes ruidosos y encuentran insoportable el ruido ambiental que la mayoría puede soportar. Por ejemplo, no soportan el ruido de los platos al descargar el lavavajillas, el tono de los niños o las conversaciones en cafeterías. Este rechazo hacia ciertos entornos auditivos puede ser confuso tanto para el paciente como para el profesional de la salud auditiva.
En estos casos, el audiólogo debe considerar la posibilidad de que estos síntomas no sean un signo de hiperacusia, sino de hipoacusia no tratada. Cuando una persona lleva años sin tratar su pérdida auditiva, percibiendo los sonidos por debajo de lo normal, puede desarrollar una mayor sensibilidad a estos mismos sonidos. Esta situación a menudo lleva al paciente a creer que no pueden beneficiarse de una corrección auditiva.
La hiperacusia se caracteriza por una sensibilidad auditiva excesiva o intolerancia a sonidos cotidianos que son normales para la mayoría de las personas. Se diagnostica cuando los umbrales auditivos están por debajo de los valores normales y los cuestionarios de valoración confirman que estos umbrales bajos afectan significativamente la vida diaria de la persona. Los pacientes con hiperacusia suelen describir molestias ante una amplia gama de sonidos, independientemente de sus características frecuenciales. En general, cualquier entorno ruidoso les genera incomodidad y rechazo.
Por otro lado, los síntomas de la hipoacusia no tratada suelen aparecer en el rango de frecuencia donde el paciente ha experimentado una mayor privación auditiva, generalmente en los sonidos agudos. Estos pacientes pueden tolerar entornos sonoros muy ruidosos, como la calle o centros comerciales, pero su malestar se relaciona con sonidos de ciertas frecuencias o con situaciones de ruido en las que su hipoacusia les impide entender correctamente.
Es crucial explicar al paciente la diferencia entre hiperacusia e hipoacusia no tratada, subrayando la importancia de tratar la hipoacusia a tiempo. Esto no solo mejora su calidad de vida, sino que también previene el agravamiento de los síntomas. En Audioclinic, estamos comprometidos a proporcionar la mejor atención y educación para que nuestros pacientes comprendan sus condiciones auditivas y reciban el tratamiento adecuado.